lunes, 13 de septiembre de 2010

Edomex en la historia de Independencia

Diversos lugares del Estado, fueron protagonistas y/o escenarios durante al lucha de Independencia que comenzó en 1810

Denise Mackenzie
13 de Septiembre 2010
Desde el inicio de la lucha de Independencia de México, el 16 de septiembre de 1810 y hasta el 27 de septiembre de 1821, el estado de México también tuvo su presencia en este proceso histórico que marcó la vida de los mexicanos y los emancipó del dominio español.
En territorio mexiquense encontramos a hombres resueltos, agricultores, mineros, comerciantes, e intelectuales con ideas sobresalientes encausados a continuar la lucha libertaria de don Miguel Hidalgo contra la tiranía española.
Algunos historiadores señalan que las ideas de independencia de Hidalgo le vinieron desde muy joven, en 1767, cuando de vacaciones en Tejupilco, con su hermano mayor Joaquín, influyeron en las hermanas de su padre para que éstas liberaran a los esclavos que tenían en sus haciendas y ranchos, acción que no sólo lograron con ellas, sino también con su padre.
Sin embargo, los avecindados del municipio no aceptaron  la empresa libertaria iniciada por éste, pero tenían apoyo de toda la parentela Hidalgo, así como Tomás y Mariano Ortíz nacidos en Sultepec, quienes lucharon al inicio de la Guerra de Independencia en Temascaltepec, Tejupilco, Amatepec, Luvianos y Sultepec, entre otros pueblos.
La madrugada del domingo 16 de septiembre de 1810 en Tianguistenco, descubierta la conspiración de Querétaro, Miguel Hidalgo y Costilla, junto con los capitanes Ignacio Allende, Juan Aldama, Mariano Abasolo y otros seguidores, decidieron lanzarse a la lucha armada para buscar la Independencia de la América Septentrional del dominio español.
En Santiago pernoctaron los jefes y las tropas insurgentes, donde a las primeras horas del día 30 de septiembre, Miguel Hidalgo pasó revista a su ejército y le arengó a continuar la jornada por la patria.
En octubre de 1810, los habitantes del valle de Toluca y Zinacantepec estaban alarmados al saber que el 29 del mismo mes llegaría por esta región el Padre de la Patria, don Miguel Hidalgo y Costilla y que el ejército conservador, encabezado por Iturbide y Torcuato Trujillo lo esperaban en las cercanías de Toluca y que en cualquier momento se podía desatar una guerra general.
Por tal motivo, un buen contingente de Zinacantepec se alistó para unirse al padre Hidalgo en el movimiento de libertad; y fue hasta el día siguiente en la famosa Guerra del Monte de las Cruces donde tuvo gloriosa participación del grupo guerrillero.
En este municipio, operó Ignacio López Rayón y Vicente Filosola, ambos derrotaron al ejército realista en la hacienda de la Huertas que hoy se yergue cual testigo mudo del pasado insurgente.
Por otra parte, el año de 1812 fue dramático para Tianguistenco, en la sierra del Ajusco operaban las guerrillas insurgentes del capitán Manuel González, como segundo del capitán José María Sosa; González se distinguió especialmente en el asalto a un convoy que se dirigía a Cuernavaca, hecho que le mereció el reconocimiento de Sosa ante Ignacio López Rayón, en carta que le remitió el 10 de noviembre de 1812 desde este municipio.
Mientras que el guerrillero insurgente, Pedro Rojas apodado «El Negro», operó en la sierra del Ajusco e incursionaba hasta Tianguistenco.
El nombre de Ixtlahuaca también se lee en los documentos históricos, este municipio del territorio mexiquense hospedó a Miguel Hidalgo y Costilla el 27 de octubre de 1810, y fue ahí donde José Ignacio Muñiz, cura de Jocotitlán, le entregó los edictos de ex comunión en su contra.
A cuarenta y tres días de iniciado el movimiento de Independencia, al municipio de Almoloya de Juárez le tocó ver el paso del ejército insurgente, siendo el 28 de octubre que don Miguel Hidalgo llegó al puente de San Bernabé y posteriormente al medio día pasaron por la hacienda de Arroyo.
Después de pasar por el puente de Atenco, el 29 de octubre de 1810 llegó a Tianguistenco, donde muchos almoloyenses se agregaron al ejército insurgente.
Cabe destacar que Atizapán permitió el paso del ejército de Miguel Hidalgo por el puente de Atenco, para facilitarle la llegada al monte de Las Cruces.
Al paso del ejército se agregaron al ejército muchos atizapenses para combatir durante la gloriosa batalla, que fue la más importante contienda de la gesta de nuestra Independencia donde salió triunfante el ejército de Hidalgo.
Entre los años de 1810 a 1821 el poblado de Calimaya se vio alterado por los efectos de la guerra de Independencia, donde las cosechas arruinadas, el alza de precios impresionantes en los productos agrícolas, la epidemia de 1813 fueron serias dificultades para conseguir trabajo en las haciendas, cuyos procesos productivos se veían interrumpidos por la situación de guerra.
Sin embargo, un hecho interesante que registra la historia local, es que el entonces conde de Calimaya, José Cervantes, fue de los firmantes del Acta de la Independencia del país, aun cuando durante la guerra obtuvo los grados de "Patriota Distinguido de Fernando VII" y de "Coronel de Regimiento de Infantería Provisional de México". Posteriormente se unió a los ideales independentistas de Agustín de Iturbide, pues sus intereses también se veían afectados por las dificultades políticas que España estaba viviendo.

Independencia iniciada
Se sabe que el 28 de octubre de 1810, llegó a la ciudad de Toluca el ejército insurgente recibido por los frailes José de Lugo y Pedro Orcillés; los acompañaba el prominente hombre de negocios José María de Olaes y Cristóbal Cruz, en la casa de los señores Olaes, se reunieron Hidalgo y los principales, encabezados por el capitán general Ignacio María Allende, los tenientes generales Pedro Mariano Balleza, Mariano Jiménez y Joaquín Arias; los mariscales de campo, Mariano Abasolo y uno de los hermanos Martínez; en esta reunión Aldama no está presente porque se encuentra en Temoaya con otro grupo.
En esta reunión se decide que el teniente general Mariano Jiménez, avance a las nueve de la mañana del día siguiente con 20 mil hombres sobre Lerma, para sostener escaramuzas que simulen ataque formal a Trujillo (jefe del ejército realista, acampado en Lerma); es así, como otro día se ejecuta lo acordado, quedando el teniente general Balleza en Toluca con los prisioneros, que debían guardar la plaza y mantener contacto con Aldama que venía de Temoaya, Jiménez que iba a Lerma y Allende que marchaba con el generalísimo.
A las nueve de la mañana va en camino a Lerma el teniente general Jiménez, la vía es recta y no se ve a la distancia ninguna avanzada enemiga. Hidalgo y Allende avanzaron con su numeroso ejército y llegan a Mexicaltzingo y Chapultepec (lugares donde almuerzan) el 29 de octubre de 1810, durante este trayecto, Allende habla sobre el problema que significaban las grandes masas de indios, quienes no entendían las órdenes que se les daban porque no hablaban el español (Allende no quería más indios); Hidalgo no niega que tenga razón, pero no acepta que sean rechazados tales elementos, pues esto mataría la chispa de la redención, objetivo supremo del movimiento independentista, en todo caso - afirmó Hidalgo- los podían dejar en la retaguardia, para que aprendieran las técnicas de guerra.
En Mexicaltzingo y Chapultepec los pueblos enteros querían incorporarse a la columna en marcha, pero Hidalgo sólo aceptó a unos cuantos jóvenes decididos, al resto los bendice diciéndoles “quedaos hijos míos, y rogad desde aquí a nuestra Virgen que nos dé la victoria y que quienes van con nosotros vuelvan sanos y salvos.”
Mientras que enviado por el virrey Francisco Javier Venegas para contar el avance del ejército insurgente, el coronel Torcuato Trujillo lo intenta sin éxito en el puente de Atenco, cerca de Lerma y ante su fracaso, se dirige al Monte de las Cruces en Ocoyoacan, sin embargo, el 30 de octubre de 1810, se enfrenta a las fuerzas comandadas por Hidalgo, y al perder cerca de 1500 efectivos, se retira.

1812, a dos años del inicio
Para el mes de enero de 1812, la zona comprendida entre Taxco y Toluca es escenario de una feroz actividad bélica, donde tras recibir noticias de la derrota de una división insurgente en Tenango, José María Morelos y Pavón, decide evitar la pérdida total de esas tropas, cuyos sobrevivientes se refugian en Tecualoya.
Aquí destaca el primer enfrentamiento con saldo desfavorable a los insurgentes, en el poblado de Tecualoya se traba un nuevo combate, donde los realistas son rechazados cuando pretender entrar y en un encuentro más en Tenancingo, los obligan a retroceder.
En 1812, las tropas de Ignacio Rayón combatieron contra los realistas en el llano de Almoloya, junto a Tianguistenco y las fuerzas realistas de Barrachina, destacadas en Lerma, se enfrentan a las fuerzas de Rayón, precisamente en el llano de Almoloya del Río.
En 1818, Tras ser aprehendida cerca de Tlatlaya, doña Leona Vicario, esposa de don Andrés Quintana Roo, fue conducida a Tejupilco, donde el 16 de marzo fue detenida por orden del teniente coronel Miguel Torres, jefe militar de Temascaltepec, quién le concedió el indulto después de haberse presentado don Andrés Quintana Roo, éste también fue encarcelado hasta los primeros días de abril del mismo año, cuando el virrey aprobó el indulto solicitado a Torres.
Mientras que Pedro Ascencio, sitiado en Tlatlaya, tomó también la hacienda de Luvianos, en esa misma región sostuvo reñidos encuentros con el coronel Ráfols. Por esta época tuvo como compañero de campaña al presbítero José Manuel Izquierdo, oriundo de Sultepec. Fue este insurgente quien levantó en armas a los habitantes de Luvianos y otros puntos.

Muerte de Morelos
Una de las fechas más trascendentes en la historia es la de la muerte de Morelos. El 21 de diciembre de 1815, Félix María Callejas, virrey de la Nueva España, dicta la sentencia de muerte en contra de él.
El viernes 22 de diciembre, lo encadenan de pies y manos, lo trasladan en carroza a Ecatepec y horas más tarde, frente al pelotón de fusilamiento, Morelos toma un crucifijo y dice: “Señor, si he obrado bien, tú lo sabes, pero si he obrado mal, yo me acojo a tu infinita misericordia”.
Finalmente, en noviembre de 1821, al alcalde de Tianguistenco, José Luis Ordóñez, le correspondió jurar solemnemente la Independencia del Imperio y publicar el Acta de Independencia.
Fuente: El Universal, 13 de septiembre de 2010

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